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En nuestro planeta, hay suficiente comida para que nadie tenga que sufrir la falta de alimentos. Pero la realidad es que 783 millones de personas en el mundo se acuestan con hambre según el Programa Mundial de Alimentos.

El mundo está inmerso en una creciente y devastadora crisis alimentaria. Los conflictos, las crisis económicas, los efectos del cambio climático y el alza del precio de los alimentos se combinan para crear una crisis de hambre de proporciones nunca antes vistas, que agrava las crisis humanitarias en todo el mundo y deja a millones de familias necesitadas de ayuda. 

Pero también forma parte de esta realidad el desperdicio de alimentos. Según la ONU, el desperdicio de alimentos en los hogares, los establecimientos minoristas y la industria de servicios alimentarios asciende a 931 millones de toneladas cada año. Casi 570 millones de toneladas de este desperdicio se producen en los hogares. La media mundial de alimentos desperdiciados anual es de 74 kg por persona. 

En España, según el Ministerio de Agricultura, se desperdician 7,7 millones de toneladas de alimentos cada año.

Mientras tratamos de buscar soluciones a cómo gestionar estos desperdicios alimentarios, más de 345 millones de personas se enfrentan a altos niveles de inseguridad alimentaria en 2023 y no saben de dónde vendrá su próxima comida. Eso es más del doble que lo registrado en 2020 y constituye un aumento de 200 millones de personas en comparación con los niveles anteriores a la pandemia de la COVID-19. 

El hambre trae consigo, además de las graves consecuencias en la salud de las personas, problemas de acceso a la educación y la violación de derechos fundamentales, especialmente para los sectores más vulnerables como son la infancia, y en particular los niños, niñas y adolescentes que han perdido el cuidado parental o están en riesgo de perderlo, o las mujeres. 

Es necesario que los gobiernos pongan ya en marcha un plan mundial para hacer frente a esta crisis cada vez más grave para que nadie pase hambre en un mundo en el que hay recursos suficientes para que todos podamos alimentarnos. 

Las cifras del hambre

– El número de personas que se enfrentan al hambre extrema casi se ha duplicado desde 2019 hasta alcanzar los 258 millones en 58 países en 2023

35 millones de personas en 39 países estaban al borde de la hambruna en 2022.

– Se prevé que 600 millones de personas sufrirán desnutrición crónica en 2030.

– Las necesidades humanitarias se han duplicado en los últimos cuatro años: 1 de cada 23 personas necesita ayuda humanitaria sólo para sobrevivir; la mitad de ellas, 170 millones, son niños y niñas.

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